Su fe está depositada en carteles, hojas volantes y en plantones

6:59:00 0 Comments


Se cansó de esperar por un taxi y Luis Daniel Sigcho caminó tres cuadras por una oscura calle de Capelo, en el valle de Los Chillos. Atrás lo seguía su hermano hasta que giró por una esquina y se alejó. Esa fue la última vez que lo vio. Era la madrugada del 4 de octubre del 2008. Los dos habían salido de una discoteca e intentaban regresar a casa. Cuatro años después, la habitación de Luis Daniel está intacta. Su guitarra está colocada sobre la pared, la cama permanece tendida y su camiseta de Liga de Quito sigue en los cajones donde guardaba su ropa. imagen Con esa prenda aparece en la foto con la que lo buscan. Viste un calentador y luce cabello largo. Su retrato está pegado en los alrededores de la discoteca, en Quito, Santo Domingo y Guayaquil. Su padre viajó a esas ciudades. junto a su otro hijo, Freddy, de 30 años. Los dos se movilizaban en bus y regresaban el mismo día. Cuentan que, de la pena, no comían. También han asistido a conciertos de rock, a los que iba Luis Daniel. No lo han hallado. Tres días después de la denuncia, la Fiscalía de Sangolquí les asignó un agente. En un taxi lo llevaron al lugar donde desapareció. 



En la Plaza Grande. Todos los miércoles a las 11:00, los familiares de desaparecidos hacen un plantón.

Tomó fotos y habló con la gente, pero nadie vio nada. María Ñiacato sufre una crisis nerviosa. Ella es madre de Luis Daniel y su desaparición agravó ese cuadro y el médico le recetó antidepresivos. La mujer también padeció de deshidratación y problemas con la presión. El dinero que la familia Sigcho ahorró para construir una vivienda se terminó en los gastos para localizar a Luis Daniel. “Más de USD 5 000 se han ido en los pagos de trámites, copias y movilización”, cuenta la mujer. La Plaza Grande, un refugio Con el afiche de su hijo, Sigcho llega todos los miércoles a la Plaza Grande, en el centro de Quito. La hora es fija: 11:00. En el suelo coloca el retrato. No está solo. Hay más familias de personas que no aparecen. Sus padres se organizaron en el Comité de Familiares de Desaparecidos de Ecuador. Comenzaron cuatro familias y ahora 14 están en lista. Desde hace seis meses, todos hacen un plantón semanal frente al Palacio de Gobierno y piden que la búsqueda se agilice. 

Entre enero y julio del 2012, la Policía Judicial (PJ) receptó 469 denuncias por desaparición en el país. En el mismo período del 2011 se reportaron 523 hechos y en todo el año sumaron 877. Nunca volvió de Loja En los plantones de los miércoles, el cantante Jaime Guevara, que por 25 años apoya a las familias que buscan a sus parientes, menciona con un megáfono la lista de los casos que han ingresado al Comité. En ella consta la desaparición de Orlando Pacheco. Tenía 33 años y un niño de 2 meses, que ahora ya cumplió 1 año. Viajó a Loja a un retiro espiritual. La noche del 3 de noviembre del 2011 llamó a su padre, Telmo Pacheco, para decirle que estaba por retornar a Quito, pero en la mañana no llegó a casa. El padre viajó a esa ciudad para buscarlo y tras dos días de no hallarlo, acudió a la Fiscalía. Le asignaron un agente. Lo llevó hasta la casa del retiro, rastreó la cuenta bancaria de Orlando. El 7 de noviembre, una cámara lo grabó cuando retiraba dinero de un cajero automático. “La Fiscalía me dijo que el video demostraba que su desaparición fue voluntaria y cerró el caso”, recuerda Pacheco. Pero esa explicación no lo resignó. En Loja recorrió cuatro hospitales, la cárcel y la morgue. Se radicó un mes en esa ciudad. Luego viajó a Cuenca, Tena y Riobamba. Iba solo y en bus. Se hospedó en las casas de amigos y parientes. Para buscar a Orlando, hizo un préstamo de USD 7 000 en el Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas. Su esposa sufrió una parálisis facial y la familia ha acudido al psicólogo para recuperarse anímicamente. Un mes después de la desaparición, un hombre lo llamó a los teléfonos que aparecen en los carteles que la familia pegó en Quito y Loja. Le dijo que el joven fue visto en Perú y pidió que a cambio de más información depositaran USD 500 en una cuenta de una agencia que hacía transferencia internacional de dinero. 

La familia pidió una prueba de vida y el desconocido no volvió a llamar. Buscar en hospitales y asilos El 30 de octubre, el Comité envió una carta al Ministerio de Justicia, para solicitar que la búsqueda la realicen agentes especializados y que se levante una base de datos en hospitales, asilos, cárceles, morgues, organizaciones religiosas y pasos fronterizos. Otra de las demandas fue que sus casos ingresen en el sistema de recompensas del Ministerio del Interior. A esas citas asiste Nelly Cevallos, madre de Luis Velásquez. Él no aparece desde el 2 de septiembre de este año, cuando salió a las 07:00 de su casa en el sur de Quito. Trabajaba como guardia de seguridad en un edificio en el norte de la capital y sus compañeros dicen que ese día metía unas cajas dentro de un camión. Y no lo volvieron a ver más. Cevallos y su esposo, Félix Velásquez, han pedido dinero a sus familiares para sacar copias de los letreros donde está la fotografía de Luis. En estas aparece solo, con el cabello corto, lleva una chaqueta negra y camiseta blanca. En una ocasión, un grupo de desconocidos se comunicó con los parientes de Luis Vásquez para pedirles dinero a cambio de información. Al percatarse de que los datos proporcionados por esas personas no eran confiables, no les contestaron las llamadas. La familia del desaparecido es de Calceta (Manabí). Lo han buscado en El Quinche y La Armenia (periferias de Quito). El padre cuenta que piensa en su hijo todo el día, no puede dormir y siempre se pregunta si es que sigue vivo. En la Plaza Grande, las historias se repiten unas tras otras. Dos horas después de iniciado el plantón todos se despiden y lo hacen con una consigna: “Solos perderemos, unidos los encontraremos”. En sus viviendas, ellos preparan los carteles y las frases para que las autoridades los escuchen. Dicen que no abandonarán sus casos... Los contactos Si usted tiene información sobre el caso de Luis Daniel Sigcho puede comunicarse con la familia a los teléfonos: 02 286 3990 o al 098 484 4941. La familia de Orlando Pacheco dice que puede contactarse con ellos al 02 228 1304 o al 09 8430 7576. 12 de noviembre del 2012. En primer debate, el Pleno del Consejo de la Judicatura Transitorio (CJT) aprobó la aplicación de un protocolo que permita a la Policía y Fiscalía actuar con rapidez ante una desaparición. La idea es agilizar la búsqueda. También se planteó presentar una foto de la víctima para ser publicada en las unidades de Policía Comunitaria

Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www.elcomercio.com/seguridad/desaparecidos-Ecuador-justicia_0_812318902.html. Si está pensando en hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. ElComercio.com

Carolina Garzón

"cuando empezaron a desaparecer hace tres cinco siete ceremonias a desaparecer como sin sangre como sin rostro y sin motivo vieron por la ventana de su ausencia lo que quedaba atrás / ese andamiaje de abrazos cielo y humo" Desaparecidos - Poemas de Mario Benedetti

0 comentarios:

Con la tecnología de Blogger.